Víctor Santiago, presidente de PRMD, destaca cómo la participación activa del paciente fortalece el acceso a la salud y reduce conflictos legales en Puerto Rico
SAN JUAN, Puerto Rico – En el contexto actual de Puerto Rico —marcado por la escasez de especialistas, la sobrecarga del personal de enfermería, la emigración médica y la posible reducción de fondos federales para Medicaid y Medicare— el sistema de salud enfrenta presiones estructurales que afectan directamente a los pacientes. Sin embargo, más allá de lo que corresponde a las instituciones, hay un factor determinante que puede hacer la diferencia: la responsabilidad del propio paciente.
Así lo planteó Víctor J. Santiago, presidente de Puerto Rico Medical Defense Insurance Company (PRMD), durante una amplia conversación con la periodista Mardelis Jusino, en su canal El Consultorio PR (@mardelisjusinotv) en YouTube. Desde su experiencia como líder en seguros de responsabilidad profesional para médicos, Santiago subrayó la importancia de educar al paciente sobre su rol activo en el proceso de cuidado y recuperación.
Ser un paciente responsable, explicó, no se limita a presentarse a las citas médicas. Implica cumplir con el tratamiento prescrito, ofrecer información completa sobre síntomas, condiciones previas, medicamentos o suplementos que utiliza, leer y entender las instrucciones que recibe del personal médico y farmacéutico, y evitar el uso de buscadores en línea como herramienta de diagnóstico.
“El éxito de un tratamiento es compartido. El médico pone su conocimiento, pero el paciente debe poner de su parte”, afirmó.
Desde la perspectiva legal, esta corresponsabilidad es aún más evidente. Muchas reclamaciones por impericia médica se desestiman porque los daños alegados están vinculados a fallas del propio paciente en seguir instrucciones médicas. Bajo el principio de negligencia comparada, los tribunales deben considerar si hubo incumplimiento por parte del paciente y qué impacto tuvo en el resultado clínico. “No todo mal resultado es negligencia. Hay pacientes que no completan terapias, interrumpen medicamentos o se exponen a riesgos innecesarios, y luego buscan responsabilizar al médico sin reconocer su parte”, señaló.
Otro tema abordado fue el creciente peligro de los procedimientos estéticos realizados por personas sin licencia médica, en establecimientos no regulados y con productos que no cuentan con la aprobación del FDA. Santiago advirtió que estos casos están aumentando y representan un riesgo grave para la salud pública. “Lo barato puede salir caro, y en muchos casos, deja daños irreversibles”, alertó.
Más que señalar culpables, el enfoque está en promover soluciones colectivas. Educar al paciente, fortalecer su rol en el sistema y promover prácticas responsables puede aliviar la presión sobre el personal de salud y reducir conflictos legales innecesarios.
“Un paciente bien informado y comprometido no solo mejora su salud, también contribuye a la sostenibilidad del sistema”, concluyó Santiago.





