Estudio liderado por la UPR con apoyo federal revela que Cataño, Mayagüez, Arecibo, Toa Baja, Guayanilla y Loíza enfrentarán impactos severos por aumento del nivel del mar, erosión costera y marejadas ciclónicas
SAN JUAN, Puerto Rico — Si el nivel del mar aumenta un pie para el año 2050, como anticipan las proyecciones oficiales del Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático de Puerto Rico, más de 70 millas de carreteras quedarían permanentemente expuestas a inundación, afectando comunidades costeras en todo el país. A cuatro pies de aumento, el número superaría las 400 millas de vías comprometidas, según los hallazgos presentados por la doctora Maritza Barreto, catedrática de la Universidad de Puerto Rico, durante el Foro de Cambio Climático celebrado en el Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico (CIAPR).
La situación se agrava en municipios como Cataño, Mayagüez, Arecibo, Toa Baja, Guayanilla y Loíza, donde la infraestructura ya enfrenta presiones por erosión costera y exposición directa a marejadas. En Arecibo, por ejemplo, la carretera cercana al Caño Tiburones podría quedar aislada incluso con un aumento moderado del nivel del mar. En Loíza, los refugios de emergencia se encuentran en zonas vulnerables, lo que representa un riesgo operativo severo en caso de un evento climático extremo.
Según Barreto, un estudio liderado por la UPR en conjunto con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) en diez municipios reveló que el 63 % de la línea de costa de Puerto Rico está sufriendo erosión y desplazamiento de la línea de agua. En algunos sectores de Isabela, se han documentado pérdidas de hasta 50 metros de terreno costero. Este proceso —natural en esencia— se ve intensificado en zonas urbanizadas donde no hay espacio para el retroceso natural de la línea de costa.
A medida que la línea de costa retrocede tierra adentro, la infraestructura construida en zonas bajas se torna más vulnerable al próximo evento. Esa es la razón por la que con cada tormenta o marejada ciclónica se escuchan testimonios como “esa agua nunca había llegado a mi casa”. El mar ya no impacta las mismas áreas: está llegando más adentro.
Los hallazgos también indican que 105 segmentos de carreteras estatales ya muestran daños por erosión costera o están localizados en zonas de inundación crónica. A estos se suman carreteras secundarias y terciarias distribuidas por toda la isla.
Además, el análisis expone que el 32% de la infraestructura crítica del país —hospitales, escuelas, estaciones eléctricas, plantas de agua, centros de manejo de desperdicios y refugios— se ubica en áreas que quedarían comprometidas con apenas uno o dos pies de aumento en el nivel del mar. Este dato se vuelve aún más preocupante al considerar que el 22% de la población vive dentro de esa franja costera de alta exposición.
En el caso del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, aunque su pista principal no se inundaría directamente con un pie de aumento, otras instalaciones dentro del perímetro sí quedarían aisladas, lo que comprometería su operación. También se identificaron riesgos en los aeropuertos de Ceiba y Ponce.
A los arrecifes de Puerto Rico les quedan diez años
Uno de los señalamientos más contundentes de Barreto fue sobre la condición de los arrecifes de coral: a los arrecifes de Puerto Rico les quedan diez años. La pérdida de estos ecosistemas significaría la eliminación de una barrera natural que hoy protege costas, viviendas y carreteras del embate de las marejadas ciclónicas. Su deterioro acelerará la erosión costera, aumentará los daños durante eventos extremos y reducirá las probabilidades de recuperación de las comunidades costeras.
Recomendaciones para actuar
Barreto subrayó que, aunque el panorama es crítico, todavía hay oportunidad para mitigar los riesgos. Entre sus principales recomendaciones destacó:
- Revisar y actualizar los geodatos existentes con su respectiva metadata.
- Evaluar qué infraestructura puede adaptarse o debe relocalizarse.
- Incorporar el estado físico de la infraestructura en los análisis de riesgo.
- Realizar análisis geoespaciales a diferentes escalas.
- Identificar actores clave que apoyen la preparación comunitaria.
- Reevaluar los protocolos de emergencia ante la nueva realidad climática.
- Elaborar rutas de acción ajustadas a la realidad local de cada municipio.
- Fortalecer la educación pública sobre las manifestaciones del cambio climático.
La catedrática enfatizó que Puerto Rico ya dispone de más de 40 capas de geodatos validados, desarrolladas con apoyo del USGS y NOAA, suficientes para apoyar políticas públicas y decisiones de inversión. “Tenemos los datos, pero la acción no puede seguir esperando”, advirtió.
Expertos advierten sobre el costo de la inacción
El foro también reunió a otros especialistas que abordaron los impactos económicos y de política pública. El Dr. Juan Villeta Trigo, presidente de la Asociación Puertorriqueña de Analistas Financieros (APAF), destacó que el país debe incorporar el cambio climático en su estructura fiscal y presupuestaria. Sostuvo que la inversión en mitigación y adaptación “es siempre menor que el costo de no actuar”, señalando que los riesgos climáticos tienen un impacto directo sobre los seguros, los activos públicos y la estabilidad financiera.
El Ing. José Martí, presidente de AIDIS-Puerto Rico, coincidió en que la respuesta al cambio climático debe ser transversal, abarcando infraestructura sanitaria, energía, agua y vivienda. A su juicio, el país necesita una estrategia de resiliencia basada en evidencia técnica y científica, con colaboración entre agencias, universidades y municipios.
Por su parte, el agrimensor Carlos Fournier Morales, presidente del CIAPR, enfatizó que el cambio climático no es un tema exclusivamente ambiental, sino un reto estructural de desarrollo, planificación y seguridad pública. Subrayó la importancia de que los ingenieros y planificadores del país integren la variable climática en todos los proyectos de infraestructura, tanto nuevos como existentes.
Bibliografía
- Barreto, M., Méndez Tejeda, R., Cabrera, N., Bonano, V., Díaz, E., Pérez, K. & Castro, A. (2021). El estado de la erosión costera post-huracán María en Puerto Rico (2017-2018). Revista Geográfica de Chile Terra Australis, 57(1). Disponible en: https://www.revistaterraaustralis.cl/index.php/rgch/article/download/95/46/980
- United States Geological Survey (USGS). (2020). Puerto Rico Shoreline Change: A GIS Compilation of Shorelines, Baselines, Intersects, and Change Rates. Disponible en: https://www.usgs.gov/data/puerto-rico-shoreline-change-a-gis-compilation-shorelines-baselines-intersects-and-change
- Barreto, M. (2023). Using Geospatial Analysis to Assess Post-Maria Beach Changes in Puerto Rico. Presentación ante el NOAA Hydrographic Services Review Panel. Disponible en: https://nauticalcharts.noaa.gov/hsrp/meetings/2023/spring/presentations/03%2B01%2B02%2BMaritza%2BBarreto_UPRRP_PR_Using%2BGeospatial%2Banalysis%2Bto%2Basses%2BPost%2BMaria%2Bbeach%2Bchanges%2Bat.pdf






