En un esfuerzo conjunto que podría redefinir las normas de tráfico del futuro, el Centro Colaborativo de Investigación de Seguridad de Toyota (CSRC) y Mcity de la Universidad de Michigan están explorando cómo los vehículos autónomos pueden coexistir de manera efectiva con los conductores humanos.
Este proyecto apunta a desarrollar una «manualidad vial» donde los vehículos autónomos se integren armónicamente al flujo de tráfico habitual, manteniendo un equilibrio entre la seguridad robótica y la eficiencia humana.
La preocupación inicial con los primeros vehículos autónomos era su excesiva cautela, que aunque segura, provocaba congestiones y podía frustrar a los conductores humanos.
Esta situación ha llevado a los investigadores del CSRC y Mcity a replantear los parámetros de comportamiento de estos vehículos, buscando que no solo sean seguros sino que también se perciban como participantes normales y fluidos en el tráfico.
El CSRC ha conducido estudios detallados, incluyendo uno sobre vehículos que giran a la izquierda en sentido contrario al tráfico. Estableciendo en Jackson Hole, Wyoming, el equipo utilizó cámaras de video que graban 24 horas al día para acumular horas de metraje y analizar mediante aprendizaje automático las reacciones de los conductores humanos frente a diversas situaciones de tráfico. Esta investigación ha documentado más de 5,000 incidentes, buscando establecer normas de cuánto espacio es realmente necesario antes de realizar un giro, sin causar retrasos o situaciones de riesgo.
Otro estudio interesante realizado por el equipo se centró en la interacción de los conductores en una rotonda de cinco puntos. Los resultados revelaron que, para los conductores que ingresan a estos círculos de tráfico en movimiento, el ángulo de aproximación de los vehículos es incluso más crítico que la distancia. Esta observación subraya cómo los comportamientos adecuados pueden variar significativamente según el contexto específico de la carretera.
Estos estudios no solo arrojan luz sobre cómo los vehículos autónomos deberían manejarse en situaciones de tráfico real, sino que también ofrecen insights sobre cómo los vehículos autónomos y los conductores humanos pueden interactuar de manera más segura y fluida. Greg McGuire, director general de Mcity, destacó la importancia de estos estudios para desarrollar estrategias que permitan a los vehículos autónomos coexistir de manera segura no solo con otros vehículos sino también con peatones, ciclistas y motociclistas.
El CSRC y Mcity continúan trabajando para perfeccionar estas interacciones, con el objetivo a largo plazo de que los vehículos autónomos no solo se adapten a las normas de tráfico sino que también contribuyan a crear un entorno de conducción más seguro y armonioso para todos.