El enfoque moderno en la gestión de riesgos empresariales no puede ignorar la necesidad de contar con un programa de seguros diseñado para enfrentar tanto los riesgos de siempre como aquellos que aún no hemos imaginado
Por Jeannette M. Barrios
VP Claims Advocacy Leader
En un mundo cada vez más expuesto a riesgos complejos y cambiantes, las empresas no pueden permitirse el lujo de subestimar la importancia de los seguros. Ya no basta con verlos como una mera herramienta para proteger activos.
Hoy, los seguros representan la diferencia entre mantener una organización a flote o sucumbir ante eventos catastróficos. Por eso, construir un programa de seguros robusto debe ser una prioridad estratégica para cualquier empresa que aspire a la resiliencia.
Es hora de que las organizaciones reconozcan que el entorno actual es implacable y exige algo más que las soluciones tradicionales. Las amenazas están evolucionando; lo que ayer era suficiente, hoy puede ser insuficiente.
Los desastres naturales, los ciberataques y las interrupciones en la cadena de suministros se han convertido en peligros latentes que exigen un enfoque renovado en la gestión de riesgos. Aquí es donde la asesoría especializada y una revisión periódica de las coberturas se vuelven cruciales. A veces, un detalle omitido o una póliza desactualizada pueden ser la diferencia entre la supervivencia y el colapso.
Marsh McLennan ha subrayado la importancia de ajustar continuamente los programas de seguros para que estén alineados con la evolución de los riesgos. No se trata solo de mantener coberturas vigentes, sino de anticiparse a nuevos desafíos.
Las empresas deben ser ágiles y estar dispuestas a revisar sus límites de protección, a actualizar pólizas y a considerar alternativas que puedan ofrecer una mejor cobertura ante circunstancias cambiantes. La clave está en no quedarse atrás.
Un aspecto fundamental para lograrlo es contar con un asesor de seguros especializado. La orientación experta es indispensable para navegar en el panorama de riesgos cada vez más diverso y garantizar que las coberturas realmente se ajusten a las necesidades específicas de la organización.
Un buen asesor no solo ayudará a identificar amenazas potenciales, sino también a evitar errores costosos, como subestimar ciertos riesgos o pagar por coberturas innecesarias. La diferencia entre un gasto innecesario y una inversión inteligente radica en contar con alguien que entienda las particularidades del negocio y pueda diseñar una estrategia de seguros a la medida.
El enfoque moderno en la gestión de riesgos empresariales no puede ignorar la necesidad de contar con un programa de seguros diseñado para enfrentar tanto los riesgos de siempre como aquellos que aún no hemos imaginado. Las empresas que logran esto no solo protegen sus activos, sino que también se posicionan como líderes en la gestión de la incertidumbre. La verdadera resiliencia empresarial no es una cuestión de suerte, sino de preparación, estrategia y, por supuesto, el asesoramiento adecuado.
Los seguros son, más que nunca, una herramienta de diferenciación en un mercado donde la capacidad de respuesta ante adversidades puede determinar la reputación y continuidad de una organización. Las empresas deben aprovechar esta herramienta para no solo sobrevivir, sino prosperar en un entorno que exige una mentalidad proactiva y una planificación rigurosa.