Entrevista: José Maldonado
Texto: Ivelisse Rivera Quiñones
SAN JUAN, Puerto Rico – Puerto Rico Medical Defense Insurance Company (“PRMD”) está celebrando su vigésimo aniversario como la compañía de seguros privada líder en el mercado de seguros de impericia médica en Puerto Rico.
Fundada por médicos visionarios, la compañía ha evolucionado para convertirse en la mejor alternativa en seguros de impericia médica y actualmente cuenta con más de 5,000 médicos y profesionales de la salud asegurados.
En un momento histórico en que la disponibilidad de seguros de impericia era limitada y los costos se disparaban, un grupo de médicos puertorriqueños fundó la empresa con la misión de asegurar a los galenos y salvaguardar la integridad de sus prácticas.
En la actualidad, PRMD cuenta con 38 empleados dedicados a proporcionar asesoría, una protección de seguros sólida y un servicio de excelencia, relató Víctor J. Santiago Padilla, Presidente y CEO de PRMD.
Santiago Padilla hizo hincapié en que el compromiso de PRMD va más allá de la defensa legal; se centra en brindar paz mental a los médicos, al asegurarles que, con las coberturas disponibles, estarán protegidos ante reclamaciones y que, además, podrán concentrarse en su práctica médica durante la eventualidad de un proceso legal, que en ocasiones pueden prolongarse durante años.
“Nuestro ofrecimiento principal a la clase médica es la paz mental que va a tener ese médico en el momento de una reclamación, porque vamos a ofrecerle la mejor defensa posible en el menor tiempo posible. Nosotros queremos que los médicos estén tranquilos y puedan seguir salvando vidas mientras nosotros nos ocupamos de su defensa durante el proceso legal o extrajudicial”, comentó.
Con un equipo de abogados experimentados y la colaboración de más de 15 firmas legales especializadas en defensa de casos de impericia médica, PRMD se asegura de tener el personal y la experiencia necesaria para ofrecer la mejor defensa posible desde el inicio de una reclamación hasta su conclusión. Las primas en PRMD varían dependiendo del área de especialidad del médico que vaya a adquirir la póliza. De esta forma se ofrecen los límites y la cobertura necesaria según su nivel de exposición. Estas tarifas están reguladas por la Oficina del Comisionado de Seguros.
“Las primas dependen del tipo de especialidad médica. Hay unas especialidades que tienen mayor exposición que otras. Por ejemplo, un cirujano general o ginecólogo obstetra o un anestesiólogo, pues tienen una práctica que podría considerarse de mayor riesgo que un dermatólogo o que un oftalmólogo. O sea, que las primas van a variar de acuerdo con los límites seleccionados, la especialidad y el nivel de exposición de cada una”.
Otros segmentos de la industria de la Salud
Reconociendo que otros profesionales de la salud también podrían estar expuestos a ser demandados o incluidos en demandas por impericia médica, PRMD también ofrece coberturas para este sector, que incluiría a enfermeros(as), asistentes médicos, técnicos de laboratorio y optómetras, entre otros. En esta línea, Santiago Padilla agregó que la recomendación de PRMD es que cada profesional de la salud, independientemente de si trabaja para una corporación, tenga su propia cobertura individual de seguros.
“Definitivamente, deben tener su propio seguro. Porque una cosa son las coberturas corporativas, que normalmente cubren la responsabilidad vicaria de la corporación, y otra cosa es la responsabilidad individual del profesional de la salud que está ofreciendo el servicio al paciente. Esa es una distinción bien importante. Es vital para este segmento que puedan evitar tener que incurrir en los costosos gastos de defensa que conlleva responder a una reclamación o demanda. Estos gastos de defensa están cubiertos en la póliza para Aliados de la Salud”.
El desafío de la ciberseguridad
La industria de la salud se encuentra, junto a las instituciones financieras, entre los mercados de mayor vulnerabilidad a ataques cibernéticos. Los ataques más comunes son cuando se ve expuesta la información de los clientes o de los pacientes, y el de “ransomware”, que es cuando el ‘hacker’ toma control de los sistemas operacionales de las oficinas y pide una cantidad de dinero para dar acceso nuevamente a esos sistemas. En PRMD, se identificó este riesgo, y trabajaron una póliza específica para que los médicos pudieran cubrir esta exposición.
“Ofrecemos a nuestros asegurados la alternativa de cubrir este riesgo a través de un endoso a su póliza de impericia médica con un límite básico de $25,000 o a través de una póliza individual con límites mayores, sujeta a requisitos de suscripción. Nuestra cobertura de Responsabilidad Cibernética provee a los médicos y a las corporaciones asesoría y dirección durante un incidente o ataque cibernético de forma que puedan cumplir con las reglamentaciones aplicables de notificación a los clientes afectados, además, de darles el respaldo legal requerido para prevenir daños mayores, o sea, mitigar la situación que está pasando. Estas situaciones se tienen que manejar rápido, de forma inmediata, para poder mantener un control y que no se vuelva un problema muchísimo más grande”, puntualizó Santiago Padilla.
Fuga de médicos
La fuga de médicos puertorriqueños es una preocupación general, tanto del sistema de salud como de la ciudadanía que ve limitadas sus opciones de tratamiento ante la escasez de especialistas. Santiago Padilla abogó por reformas legales y regulatorias que protejan la práctica de los médicos y fomenten un ambiente en el que puedan ejercer sin temor a demandas frívolas. Sugiere adoptar medidas similares a los «Tort Reforms» que existen en la mayoría de las jurisdicciones de Estados Unidos para establecer topes razonables en las cantidades reclamadas.
“Esto es un área que requiere atención. Lo que estamos viviendo en Puerto Rico con la fuga de médicos necesita una solución mucho más abarcadora que envuelva un ambiente regulatorio y un ambiente legal que proteja la práctica de los médicos y sobre todo a las nuevas generaciones de médicos que se están graduando, pero no se quedan a ejercer en la Isla. Los médicos necesitan poder hacer su práctica de una forma efectiva y que puedan realmente ayudar a los pacientes y no incurrir en lo que se ha llamado la práctica de la ‘medicina defensiva’. Esto es cuando el médico se ve obligado a tomar decisiones conservadoras en los tratamientos, a prestar atención adicional y cuido en cada uno de los procedimientos que hace, atender menos pacientes y/o cirugías, y documentar todo pensando en que más adelante podría ser demandado”, manifestó Santiago Padilla.
“Eso no es saludable para la clase médica. La clase médica debe tener un ambiente donde sean ellos los que puedan definir los procedimientos a los pacientes, donde puedan ejercer su práctica con la protección necesaria, sin miedo a ser demandados, sin miedo a las demandas frívolas, que muchas veces ocurren con el objetivo de sacar dinero. Eso se logra con ambiente regulatorio apropiado donde se logre un balance. Muchos estados han adoptado lo que se conoce como los ‘Tort Reforms’ donde se establecen unos topes, por ejemplo, a las cantidades que se pueden reclamar en una demanda por daños no-económicos como, por ejemplo, las alegadas angustias mentales y sufrimiento, y esto ha llevado a muchos médicos a buscar ejercer su práctica en estados donde tienen este tipo de protección”.
Establecer estos topes o requisitos mínimos adicionales para validar los méritos de una reclamación de impericia médica antes de ser presentada ante el Tribunal para nada dejaría a los pacientes desprovistos de presentar una reclamación o demanda en caso de que ocurra impericia médica.
“Bajo ninguna circunstancia esto pretende quitarle los derechos que tienen los pacientes. Y mucho menos a pacientes o familiares cercanos que han tenido experiencias adversas o lamentables en sus tratamientos. Ese derecho siempre estará presente, pero es bien importante enfatizar que toda emergencia y procedimiento médico tiene sus riesgos que se explican al paciente y este consiente a los mismos antes de recibir el tratamiento. Es meritorio aclarar que no todo resultado adverso, o no esperado, es sinónimo de “impericia médica”. Es por esto que muchas demandas o reclamaciones terminan desestimándose o retirándose ante la falta de evidencia que justifique las alegaciones, costando tiempo y recursos de los tribunales y miles de dólares en la defensa legal de los médicos, y sobre todo tiempo de atención a otros pacientes. Requerir peritaje o evidencia de daños al momento de presentar una demanda ayudaría a que los casos que lleguen ante el honorable tribunal sean los casos meritorios’, puntualizó Santiago Padilla.