Por Lcda. Iraelia Pernas
Directora Ejecutiva, ACODESE
Aunque la pandemia del COVID-19 ha traído al diario vivir la discusión sobre nuestra vulnerabilidad, el tema de la muerte resulta incómodo y tendemos a obviar esa consideración. Típicamente el concepto de la muerte únicamente se considera cuando hay una pérdida de un ser querido. Entonces, por un breve intervalo de tiempo, nos ponemos a pensar en lo que podría sucederles a nuestros familiares inmediatos en caso de que ya no estuviéramos presentes.
Es impredecible cuándo llegará ese momento. Sin embargo, la industria de seguros ofrece herramientas para controlar y manejar sus consecuencias financieras. El fin primordial de los seguros de vida es indemnizar al beneficiario (la persona designada por el asegurado a recibir el pago del seguro) con el monto asegurado en vigor al momento del fallecimiento de éste. Se protege así la economía de la familia, permitiéndole mantener su nivel de vida, pues se garantiza al beneficiario el cobro de una cantidad económica en caso de fallecimiento del asegurado.
Los seguros de vida se obtienen también por otros medios, tales como los seguros que pueda extender un patrono a sus empleados, los que una asociación o unión ofrece como beneficio a sus integrantes o una institución financiera, a sus clientes.
Además, es importante considerar las pólizas que se ofrecen para beneficios en casos de cáncer y las que proveen beneficios en caso de incapacidad del asegurado. Los seguros de cáncer ayudan a costear gastos como el diagnóstico, hospitalizaciones, tratamientos, entre otros gastos usualmente no cubiertos por la póliza de salud.
El seguro de incapacidad contempla el caso de que el asegurado no pueda seguir trabajando debido a una incapacidad temporal o permanente. Este seguro viabiliza que el asegurado reciba una cantidad para cubrir algunos de sus gastos.
Como la expectativa de vida está en aumento, es muy importante asegurarse de tener un plan financiero que provea los ingresos para el futuro. Para ello, la industria de seguros provee productos, tales como las anualidades.
Las anualidades complementan los planes de ahorro y de inversión para el retiro, cuando debemos suplementar los ingresos del Seguro Social. Permiten proteger e incrementar el fondo de retiro, diversificar sus inversiones o tener un ingreso que sea predecible y que dure toda la vida del asegurado.
Las aportaciones pueden generar intereses a una tasa fija o a una tasa basada en el rendimiento de un índice del mercado de valores. Por otra parte, los aseguradores de vida ofrecen cuentas de retiro individual (IRA). Es importante que toda persona realice una evaluación sobre sus riesgos y estos seguros y que busque el asesoramiento de un productor de seguros, quien podrá ilustrarle sobre las mejores opciones de acuerdo con sus necesidades.