Por José E. Maldonado Marrero
Hace unos días, el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, firmó una ley que prohíbe a las agencias estatales y a los gobiernos locales tener en cuenta el cambio climático, así como otros factores, a la hora de invertir dinero.
Se trata de una ley que busca “proteger” a los floridanos de políticas ambientales, sociales y gobernanza corporativa (ESG, en inglés), que según De Santis, es un “movimiento” a escala mundial que pretende inyectar la “ideología política ‘woke’ en el sector financiero” y colocar “la política por encima del deber fiduciario”.
La palabra “woke” (desperté o despierto) tiene la acepción de “estar consciente de temas sociales y políticos”, pero también se usa con desaprobación, en especial por la derecha, para referirse a ideas progresistas que llevan la corrección política a extremos (“cultura woke”).
“Las políticas son importantes y el debate robusto es una parte válida de entender y aprender sobre dónde se debe aplicar un nuevo criterio en la empresa. Pero si tomamos un paso atrás y pensamos en la sostenibilidad más allá de ESG, la realidad es que los atributos como la resiliencia y minimizar los riesgos son importantes para entender la interconectividad entre esos conceptos que permite producir resultados a largo plazo”, explica Ryan Bond, responsable de Innovación en Seguros para el Clima y la Sostenibilidad en Marsh.
El ejecutivo, quien visitó Puerto Rico recientemente para realizar una presentación sobre ESG a los clientes de Marsh, agregó que aunque en el momento algunas políticas pueden parecer “woke” o fuera de lugar, si se ponen en un contexto más amplio, la empresa a la larga se beneficiará.
“Aunque actualmente en muchas negociaciones de seguros el ESG no es un criterio para tomar decisiones, en el horizonte vemos que los temas como un compromiso para reducir las emisiones de carbono, se insertarán en el proceso. En vez de esperar a que haya una necesidad de cumplir con estos requisitos, es mejor trabajar ahora con estos criterios de ESG para evitar tener problemas que serán más difíciles de resolver en poco tiempo”, agregó.
Los grupos de interés, desde los accionistas y los reguladores hasta los clientes y los suplidores, les están exigiendo a las empresas cambios transformacionales, y solo aquellas que logren cumplir con estas expectativas serán exitosas, dijo Bond.
Como en otras industrias, en el caso de los seguros, estos grupos van a empezar a pedir las métricas de ESG, al igual que ya lo hacen con las financieras, a la hora de adquirir cubiertas. Las reaseguradoras también exigirán estos datos para cubrir las pólizas.
“En Marsh ya hemos creado un informe que clasifica a las principales 30 compañías de seguros en el mundo de acuerdo a la información pública disponible relacionada a las métricas de ESG, lo que le facilita a los clientes apoyar a aquellas compañías que se alineen a sus valores”, dijo Bond.
«Los consumidores están favoreciendo a aquellas empresas que tienen una buena historia relacionada al ESG, y un sondeo reciente encontró que el 76% de ellos rehusaría comprar un producto si la compañía que lo produce o vende apoya un issue o tema que es contrario a sus creencias», concluyó.