Nairobi (EFE) – Cientos de personas marcharon hoy en Nairobi para protestar contra la inclinación por los mercados de carbono de la primera Cumbre del Clima de África (ACS, en inglés), una opción que consideran una «solución falsa» para la crisis climática en beneficio de los países ricos occidentales.
«Desgraciadamente, la cumbre busca promover falsas soluciones, como los créditos de carbono», dijo en declaraciones a EFE Charity Migwi, una de las activistas que lideran la campaña regional en África de la ONG internacional 350.org y que salió hoy a las calles.
La suya es una de las más de 400 organizaciones que el pasado agosto manifestaron en una carta su desacuerdo con la perspectiva tomada por los organizadores del encuentro en la capital keniana, que arrancó hoy y se celebrará hasta el próximo miércoles en el Centro de Convenciones Internacional Kenyatta (KICC), en el centro de Nairobi.
Entonces, los activistas lamentaron la implicación en los preparativos de la cumbre de la consultora multinacional estadounidense McKinsey, lo que, según ellos, hizo que la reunión acabara defendiendo los intereses de los gobiernos y las grandes empresas occidentales a los que esa compañía representa.
«La ACS ha sido capturada por los intereses del Norte Global y era importante dejar claras nuestra demanda de que necesitamos una cumbre que priorice los intereses africanos. Queremos que nuestros líderes prioricen las energías renovales sobre los combustibles fósiles», añadió Migwi.
Las organizaciones también querrían que la cumbre priorice exigir a los países ricos el cumplimiento de sus promesas de financiación climática para ayudar a las naciones en desarrollo a adaptarse frente al cambio climático.
África, en concreto, ha reivindicado la materialización de esos compromisos repetidamente, ya que, a pesar de provocar apenas el 4 % de las emisiones de gases invernadero, sus países se cuentan entre los más vulnerables a la crisis climática.
El continente ha sufrido la peor sequía de las últimas cuatro décadas en el Cuerno de África y desastres como el del ciclón Freddy, la tormenta tropical más larga jamás registrada que dejó este año en Madagascar, Mozambique y Malaui cientos de muertos.
Sin embargo, entre otras promesas quebrantadas, los países desarrollados siguen sin cumplir el objetivo consagrado en el Acuerdo de París (2015) para movilizar anualmente $100,000 millones.
A pesar de estas demandas, William Ruto, el presidente keniano, cuyo país coorganiza la cumbre con la Unión Africana (UA), ha optado por centrar su discurso de apertura hoy en las «oportunidades multimillonarias» que supone la acción climática para África, un continente con recursos esenciales para la transición ecológica: tierras cultivables, recursos solares y minerales necesarios para las baterías.
«No estamos solo aquí para hablar sobre África o el cambio climático de la manera habitual, que a menudo acentúa nuestras divisiones. Todos ustedes recuerdan (la conversación) del norte contra el sur, de (los países en) desarrollo contra (los países) desarrollados», aseveró el mandatario, sin apenas hacer referencia a las promesas sin cumplir de los países ricos.
Al final de la reunión, está prevista la adopción de la bautizada como “Declaración de Nairobi”, un documento que busca articular una posición común africana para diferentes foros globales.
Así, los líderes quieren construir una perspectiva unificada frente a la cumbre del clima COP28 en Dubái prevista para finales de año, la Asamblea General de la ONU, el Grupo de los Veinte (G20, bloque de economías ricas y en desarrollo) o las instituciones financieras internacionales.